Como especialistas en reformas en San Sebastián de los Reyes, queremos hablarte de los diferentes tipos de aerotermia que hay disponibles en el mercado. Y es que no todos son iguales y no tienen por qué interesarte de igual manera. ¡Vamos a verlo!
Aerotermia aire-aire para calor y frío (calefacción y aire acondicionado)
En primer lugar, tenemos la aerotermia aire-aire para generar calor, que es la que se utiliza en los sistemas de calefacción, aunque también puede utilizarse para aire acondicionado.
En el caso de la calefacción, se toma el calor del aire y se introduce en la vivienda, mientras que, en el caso del aire acondicionado, se lleva a cabo el proceso contrario: se toma el aire caliente de la vivienda y se expulsa al exterior.
Se trata del sistema más básico de instalación de aerotermia, y funciona con base en la termodinámica. Gracias a un fluido refrigerante y un compresor, se puede transmitir la energía en forma de calor del exterior de la vivienda a su interior o viceversa.
Además, estos sistemas pueden utilizarse en instalaciones de varios tipos: splits, multisplits, sistemas de VRF, sistemas por conductos… Como es la opción más habitual, generalizada y con más experiencia, las posibilidades aquí son enormes.
Aerotermia aire-agua para agua caliente
La aerotermia aire-agua para agua caliente utiliza el mismo mecanismo que en el caso anterior, pero, en lugar de introducir el aire caliente del exterior en la vivienda, lo que hace es introducirlo en un circuito de agua.
En el caso de la aerotermia para ACS y calefacción, el calor que se cede en el condensador se traslada mediante un intercambiador, de forma que se calienta el agua y se almacena en un acumulador, donde mantiene su temperatura durante varias horas.
Aerotermia aire-agua para frío (aire acondicionado)
La aerotermia aire-agua para aire acondicionado es un poco más complicada que la aerotermia aire-aire para el mismo fin.
En este caso, el intercambio térmico se lleva a cabo enfriando un circuito de agua que, posteriormente, enfría el ambiente. Para ello, se puede recurrir al suelo refrescante (lo opuesto al suelo radiante) o al fancoils (un ventiloconvector como el aire acondicionado que seguramente tengas en mente).
Generalmente, los clientes apuestan por la opción fancoil, porque requiere menos instalación y no genera problemas con el (posible) suelo radiante. Básicamente, se trata de un ventilador que impulsa el aire a través de tubos con agua fría y, finalmente, lo expulsa a la estancia.
Aerotermia híbrida con energía solar
Por último, queremos hacer una mención especial a la aerotermia híbrida con energía solar. Sin embargo, es importante hacer notar que esto no es “un tipo de aerotermia” como tal, sino que, dentro de él, hay varios tipos (los antes mencionados).
Simplemente, queremos hacer notar que existe la posibilidad de tener una instalación de aerotermia tradicional, pero que también es posible tener una instalación de aerotermia que funcione de forma híbrida con paneles solares fotovoltaicos.
Lo que se consigue con los paneles solares es que el consumo eléctrico que tiene la instalación de aerotermia se obtenga directamente de la energía solar, sin tener que recurrir a la energía corriente que utiliza la vivienda. Esto, claro, supone un ahorro en la factura y permite amortizar la inversión más rápidamente.
De esta forma, se obtiene el máximo confort con unas emisiones de CO2 muy reducidas. Además, esta instalación no aumenta de forma destacable el coste de la instalación y sí permite ahorrar un poco más cada mes. Además, los costes de mantenimiento son mínimos.
Como puedes ver, tienes diferentes tipos de aerotermia en el mercado, y es importante que elijas aquel que mejor se adapta a tus necesidades. Por supuesto, además, dentro de cada tipo encontrarás diferentes calidades, modelos y mucho más.
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